domingo, 1 de septiembre de 2013

PROLOGO

El hombre se considera en las alturas del conocimiento y la civilización, pero basta ver el mundo que ha forjado para darse cuenta que está equivocado, que su estimación no se basa en la realidad. Si comparamos la vida con un cuadro, cualquiera que mire el cuadro un poco mas allá de su propio espacio, vera que desde la antigüedad y aun más en nuestro tiempo, la desesperanza y el descontento se están expandiendo velozmente sobre los corazones de los hombres. El hombre de buena voluntad está turbado viendo como los sueños se han quebrado y los ideales se han disuelto en la realidad. Fuertes y débiles, jóvenes y ancianos, pobres y ricos, sabios o ignorantes; los que eligen aturdirse para no ver o los que se detienen a mirar; casi todos sin excepción (conciente o inconscientemente) viven bajo una pesada sensación de vacío, soledad y abandono. De alguna manera u otra, todos están luchando duro buscando un refugio, una clase de vida que no pueden encontrar. Según hacia qué sector del cuadro mire, podrá cambiar la forma y también el color, es decir: habrá quienes ríen y en otro lugar quienes lloran; más allá estarán los que tienen y les sobra, mientras que en otro lugar verá a los que les falta y padecen; podrá encontrar a los de rostros iluminados por la gloria y la fama, o talvez los ignorados y despreciados, hallará que a veces las formas y los colores estarán grotescamente mezclados; pero en definitivas, el cuadro siempre es el mismo: la humanidad está desorientada y desesperada, viendo que aunque trata de escapar a sus males, no sólo no lo consigue, sino que cada vez y más velozmente, se está hundiendo en ellos.¿Es el hombre una deformación de la creación, la enfermedad de esta tierra, o acaso es él el que está gravemente enfermo? Y si es el hombre el afectado, ¿cómo fue que se enfermó? ¿Existe cura para sus males? ¿Aun está a tiempo de sanarse?.¿Será que la humanidad, a pesar de tanto conocimiento, religiones y filosofías, ha permanecido casi en total ignorancia de una verdad que realmente pueda practicar y que tenga el poder de elevarla, aquí y ahora, a la vida que con desesperación está buscando? ¿Cómo encaja la idea de Dios en todo esto? ¿Es Dios otro sueño roto, otro ideal disuelto por la realidad o realmente es (como probablemente alguna vez todos hemos escuchado) un Dios vivo y el único con la voluntad y el poder para socorrer? Y si es un Dios vivo pronto a socorrer ¿dónde esta Su buena mano? ¿acaso está esperando que el hombre sea merecedor de Su ayuda?. Dentro de este contexto, ¿Qué implican las palabras de Jesús: “yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” o “yo soy el camino, la verdad y la vida”?. ¿Es la vida que Jesús dijo traer, la vida que nos propone la generalidad del mundo religioso?; ¿Es la Biblia un libro de religión, difícil de entender, lleno de mitos y leyendas para hombres de alma mística, o es un libro de vida, que encierra un mensaje poderoso y enteramente práctico, al que todos pueden acceder porque fue destinado para la salud de todos los hombres? Si es un libro de vida ¿por qué aunque es el libro mas vendido, la vida que promete sigue prácticamente sin manifestarse?Quiero ser claro con usted desde un comienzo, en estos escritos no hallará ningún tratado de sociología, psicología o filosofía. Mi propuesta es que nos adentremos en la Biblia a buscar las respuestas que necesitamos. No le propongo conocer o profundizar en la doctrina de alguna institución religiosa. Mi propuesta es la Biblia, sólo ella será la fuente para nuestras consideraciones. Si fuera el caso de que usted no cree que la Biblia tenga alguna utilidad para las urgencias de este tiempo, usted no tiene por qué aceptarla así como así, pero déjeme aconsejarle que se permita la duda de que quizás, y solo quizás, la Biblia tal vez sí contenga un mensaje que de verdad sea útil para su vida, (un mensaje que quizás ni siquiera gran parte del mundo religioso haya sabido transmitir convenientemente). Permítase la duda y continúe en considerar las Escrituras que trabajaremos en este estudio, y decida después sobre el asunto. Desde donde yo lo veo, habría poco que perder y mucho por ganar.
A.A.B
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